La adquisición del lenguaje es un proceso de mucha importancia en el desarrollo del ser humano, ya que de él depende el funcionamiento correcto de las otras áreas como por ejemplo la cognitiva, social, emocional.
El lenguaje nos facilita la comprensión y la resolución de problemas, nos permite comprender las emociones y es el vehículo fundamental para la interacción social.
El lenguaje es una de las capacidades más extraordinarias que tenemos los seres humanos, pero con una gran complejidad a la hora de enseñarlo.
Sin duda, nuestra genética nos dota con los mecanismos neurobiológicos necesarios para su desarrollo.
Un uso correcto no está 100% garantizado, ya que en él influyen diversos factores individuales, familiares, sociales y contextuales que pueden condicionar el ritmo del desarrollo lingüístico.
En este proceso de aprendizaje lingüístico, es decisivo que los niños(as) estén expuestos a los sonidos incluso desde su nacimiento, independientemente de que puedan o no comprender el significado o incluso reproducir las palabras que oyen.
Es importante aclarar que no es suficiente con exponer a los niños al lenguaje, también es necesario una estimulación adecuada mediante el juego que le permita adquirir las destrezas visuales, auditivas, táctiles, motrices, cognitivas y sociales.
Es importante que conozcas cuáles son las características generales de cada etapa por la que pasan los niños(as), aquí te cuento según la etapa del desarrollo en la que se encuentre.
Primer trimestre 0 a 3 meses:

Desde el nacimiento, los bebés van creando las bases de la comunicación, utilizando varios tipos de llanto para poder expresar sus diferentes necesidades.
Cada vez comienzan a prestar más atención a los sonidos, a las expresiones faciales de los adultos.
Pero no es hasta los 2 meses, que los bebés comienzan a balbucear y producir diferentes sonidos vocálicos que pueden reflejar algunas sensaciones.
Segundo trimestre 3 a 5 meses:
En esta etapa es cuando el niño descubre para interactuar con el adulto, intentando llamar su atención, responder a sus estímulos y realizar intentos de repetición que todavía no pueden verbalizar. Lo que hace que estas habilidades se desarrollen y perfeccionen de forma progresiva.
Tercer trimestre 6 a 9 meses:
En esta etapa el niño comienza a producir sonidos más elaborados, llamados balbuceos, asociados a las consonantes (m), (t) y (p). Demuestran iniciarse en la comprensión del lenguaje, respondiendo a la estimulación del adulto con acciones reacciones motoras, por ejemplo, llevarse el dedo a la nariz ante la pregunta ¿dónde está la nariz?.
Cuarto trimestre de 9 a 12 meses:
Son capaces de repetir verbalizaciones silábicas que ya están en su repertorio fonético. Al finalizar esta etapa, la mayoría de niños y niñas ya han producido las primeras palabras reconocibles y con significado, pero puede retrasarse hasta los 18 meses.

Segundo año de vida 1 a 2 años:
Tras las palabras con significado, surgen las palabras-frases dando lugar a la etapa holofrástica, se llama así porque se utilizan palabras sueltas que construyen frases en sí mismas, por ejemplo, “aua” (para decir agua) o “papa” (para intentar explicar que papá se ha ido).
En esta etapa los niños emplean diferentes formas de comunicación como señalar con el dedo a hacer señas y gestos. Alrededor de los 18 meses, la mayoría de niños producen entre 25 y 50 palabras y comprenden cientos.
Tercer año de vida 2 a 3 años:
Alrededor de los dos años, los niños y niñas comienzan con la unión de palabras formando frases de dos-tres palabras, al inicio con dificultades morfológicas, sintácticas y gramaticales. “papa-coche”.
Conforme pasan los años se van consolidando las respuestas y a partir del segundo trimestre, comienzan a preguntar y a relacionarse socialmente.
Cuarto año de vida:
A los tres años, el lenguaje de los niños ya posee entre 1000 y 5000 palabras. Y sobre todo son capaces de entender enunciados más complejos logrando producir enunciados simples de 4 o más elementos. Para esta edad ya logra relacionar los pronombres, preposiciones, adjetivos e incluso reflexiones verbales.
Ya logran comprender y expresan oraciones interrogativas.
Quinto año de vida:
En esta etapa, los niños y niñas van afinando el uso del lenguaje y poco a poco logran dominar las estructuras sintácticas, lo que favorece a la producción de oraciones mucho más complejas y extensas. Su discurso es mucho más coherente y organizando, pueden realizar descripciones, también logran una discriminación auditiva más evolutiva, lo cual les permite aprender a producir donemas complejos.
Sexto año de vida:
A partir de esta edad se va produciendo un dominio complejo de los tiempos verbales, lo que le permite explicaciones mucho más complejas que incluyen secuencias. También se produce un gran desarrollo del lenguaje interno lo que le permite fortalecer su pensamiento lógico.
Al finalizar esta etapa, el lenguaje ya presenta las bases y estructuras de un adulto. Es importante que tengamos en cuenta que las competencias lingüísticas del niño pasan por un periodo de desarrollo, el cual NO debe tomarse 100% al pie de la letra, la realidad es que cada niño tiene su ritmo y evolucionan según sus capacidades.
Pero algo que sí podemos tomar en cuenta es que si en algún momento observamos algún retraso SIGNIFICATIVO respecto a los hitos de los que hablamos en este artículo, entonces es recomendado ponerse en contacto con un especialista que pueda evaluar de forma integral las necesidades del niño(a).